La presencia del virus de la tilapia lacustre (conocido por sus siglas en inglés TiLV - Tilapia Lake Virus) ha sido confirmada en cinco países de tres continentes: Colombia, Ecuador, Egipto, Israel y Tailandia.
- Aunque no entraña riesgos para la salud humana, el virus de la tilapia lacustre puede tener un gran impacto en la seguridad alimentaria y la nutrición
(28/5/2017 – web) Roma.- Una enfermedad muy contagiosa se está propagando entre la tilapia cultivada y la silvestre, uno de los pescados de mayor importancia en el mundo para el consumo humano.
El brote debe ser tratado con la debida atención y los países importadores de tilapia deben tomar las medidas apropiadas de gestión de riesgos –intensificar las pruebas de diagnóstico, exigir certificados sanitarios, establecer medidas de cuarentena y desarrollar planes de contingencia– según una alerta especial lanzada hoy por el Sistema Mundial de Información y Alerta de la FAO (SMIA).
La presencia del virus de la tilapia lacustre (conocido por sus siglas en inglés TiLV – Tilapia Lake Virus) ha sido confirmada en cinco países de tres continentes: Colombia, Ecuador, Egipto, Israel y Tailandia.
Si bien el patógeno no plantea problemas de salud pública, puede diezmar las poblaciones infectadas. En 2015, la producción mundial de tilapia –tanto acuícola como de captura–, ascendió a 6,4 millones de toneladas, con un valor estimado de 9,800 millones de dólares EEUU, y un comercio en todo el mundo por un volumen de 1,800 millones de dólares.
Este pescado representa un elemento fundamental para la seguridad alimentaria y la nutrición a nivel mundial, afirma el SMIA.
Los países productores de tilapia deben estar alerta y seguir los protocolos del Código sanitario para los animales acuáticos de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) a la hora de comercializar este pescado. Deben iniciar un programa de vigilancia activa para determinar la presencia -o ausencia- del TiLV, la extensión geográfica de la infección e identificar los factores de riesgo que pueden ayudar a contenerla. Se insta también a los países a que lancen campañas de información pública para asesorar a los acuicultores -muchos de ellos en pequeña escala- sobre los síntomas clínicos del TiLV y los riesgos económicos y sociales que plantea, y sobre la necesidad de señalar a las autoridades responsables de la bioseguridad los casos de mortandad masiva de peces.
La FAO continuará vigilando el TiLV, trabajando con gobiernos y sus socios para el desarrollo y buscando recursos para ayudar a los países miembros de la FAO a hacer frente al virus, a medida que lo soliciten y cuando se considere necesario.
En mayo de 2017, la Red de Centros de Acuicultura de Asia y el Pacífico (NACA) publicó una nota orientativa sobre la amenaza del TiLV, al igual que hizo la (OIE) a través de una ficha técnica. El WorldFish Center lanzó este mes por su parte una hoja informativa: TiLV: qué saber y hacer.
Para mayor información, visite: http://www.fao.org/news/story/es/item/889476/icode/
Fuente /Foto: FAO
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