ONU: «En la batalla contra COVID-19, las Organizaciones Humanitarias logran ayudar a comunidades vulnerables»

ONU: «En la batalla contra COVID-19, las Organizaciones Humanitarias logran ayudar a comunidades vulnerables»

Las organizaciones no gubernamentales, las agencias de las Naciones Unidas y el Movimiento de la Cruz Roja y la Media Luna Roja están intensificando sus esfuerzos y prestando una asistencia vital a millones de personas a pesar de los problemas que plantea la pandemia.

(26/Abr/2020 – web) Ginebra – ONU.- Desde la creación de cadenas de suministro mundiales y puentes aéreos para la distribución de máscaras y equipo médico, hasta la comunicación de mensajes sanitarios que salvan vidas a través de altavoces montados en automóviles y bicicletas, las organizaciones humanitarias, grandes y pequeñas, están apoyando a las personas más vulnerables del mundo en la lucha contra la pandemia de COVID-19.

Las organizaciones humanitarias se han movilizado para llegar a las personas más necesitadas, tanto con la asistencia específica para responder a COVID-19 como para continuar su labor de salvar la vida de unos 117 millones de mujeres, hombres, niños y niñas atrapados en conflictos, la pobreza y emergencias relacionadas con el cambio climático. COVID-19 está presente en prácticamente todos los países del mundo, con más de 2,5 millones de casos confirmados y más de 175.000 muertes.

El confinamiento, los toques de queda y las restricciones a los movimientos de personal y de carga, que forman parte de la estrategia para frenar la transmisión del virus, están afectando a la respuesta humanitaria, pero los trabajadores humanitarios están decididos a continuar su labor de salvar vidas.

En países con emergencias complejas, la respuesta a la COVID-19 es particularmente difícil. El llamamiento a un alto el fuego mundial hecho por el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha sido respaldado por un número cada vez mayor de países y partes en conflicto. Las Naciones Unidas también ha iniciado una campaña de comunicación para contrarrestar recomendaciones sanitarias perjudiciales, las teorías conspiratorias, la estigmatización de las personas en línea y otras desinformaciones, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido una respuesta estratégica para gestionar la infodemia, es decir, la sobreabundancia de información que inunda el mundo a raíz de COVID-19.

Para apoyar la respuesta humanitaria de todos y todas, las Naciones Unidas está rogando que se facilite el acceso rápido del personal de salud y de los trabajadores humanitarios, así como los suministros en las fronteras y en el interior de los países.

El Secretario General Adjunto para Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, dijo:

“Las Naciones Unidas, las organizaciones no gubernamentales (ONG) y la familia de la Cruz Roja y la Media Luna Roja están haciendo muchísimo en circunstancias extremadamente difíciles. Los donantes están financiando generosamente esto, haciendo lo correcto y lo más inteligente al ayudar a evitar que COVID-19 regrese a sus comunidades.

“Los trabajadores humanitarios están instalando estaciones de lavado de manos, entregando agua potable y alimentos, lanzando campañas de información pública y asegurándose de que los suministros y el personal de ayuda sigan llegando a las comunidades más vulnerables. Estas medidas esenciales para luchar contra la pandemia del coronavirus se están tomando mientras el sistema humanitario sigue respondiendo a las crisis humanitarias preexistentes.”

El sistema humanitario necesita urgentemente financiación para seguir luchando contra la COVID-19, manteniendo al mismo tiempo los programas críticos ya existentes. Se insta a los donantes a que sigan aportando una financiación generosa para ambos. El Plan de Respuesta Humanitaria Global a la COVID-19, coordinado por OCHA, fue lanzado por el Secretario General hace un mes, solicitando 2.000 millones de dólares. Al día de hoy se ha recibido generosamente más de 625 millones de dólares. Esto incluye 95 millones de dólares del Fondo Central de Respuesta a Emergencias de las Naciones Unidas.

La comunidad humanitaria internacional que responde a COVID-19 comprende un gran número de organizaciones internacionales y locales. Sus logros incluyen:

• El Programa Mundial de Alimentos (WFP) está estableciendo un sistema de polos mundiales y regionales y de puentes aéreos para despachar carga y ayuda médica esencial, prestando servicios de transporte aéreo de pasajeros y de evacuación médica a los trabajadores de primera línea y, cuando sea necesario, contratando buques fletados para el transporte marítimo de artículos de socorro. A mediados de abril, una segunda serie de vuelos coordinados por WFP despegó de Addis Abeba (Etiopía) para entregar a países de toda África escudos faciales, guantes, gafas, batas, máscaras, delantales médicos y termómetros, así como ventiladores, en nombre de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros socios. El Depósito de Respuesta Humanitaria de las Naciones Unidas gestionado por WFP también ha enviado, en nombre de socios, más de 2 millones de dólares en suministros médicos y humanitarios a 86 países en respuesta a la pandemia de COVID-19.

• La OMS ha enviado más de 130 envíos de equipo de protección personal (EPP) y suministros de laboratorio a todo el mundo. En abril se entregaron suministros sanitarios a Afganistán, Iraq, Nicaragua, Sudán del Sur, Siria y otros países.

• CARE ha alcanzado a más de 2 millones de personas en todo el mundo con mensajes de higiene, ha entregado kits de higiene para más de 350.000 personas y ha establecido o reparado casi 23.000 estaciones de lavado de manos. En Somalia, CARE trabaja con los proveedores de redes móviles para entregar los mensajes sobre COVID-19 a más de 270.000 familias para ayudar a mitigar los riesgos. En Haití, además de las campañas radiofónicas, se utiliza a personas con altavoces en los automóviles y en las bicicletas para difundir mensajes sanitarios.

• Save the Children está llevando a cabo sensibilización a través de mensajes SMS, alcanzando a 3,5 millones de personas en contextos frágiles o con sistemas de salud debilitados. En los campamentos de refugiados Rohingya en Bangladesh, Save the Children está mejorando el saneamiento, estableciendo puntos para el lavado de manos y volviendo a destinar un centro de atención primaria de la salud, añadiendo al menos 15 camas para aislar a los presuntos pacientes de COVID-19. En el noroeste de Siria, se está trabajando con los socios para desarrollar formas creativas de asegurar la educación continua de los niños y niñas, incluida la distribución de tarjetas SIM para teléfonos móviles a fin de que las familias tengan acceso a material didáctico en Internet. En Sudán, se están desplegando vehículos con altavoces en las comunidades para compartir consejos de prevención del virus.

• La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), que cuenta con 192 sociedades nacionales y 13 millones de voluntarios, proporciona información y servicios sociales y de salud de importancia crítica, asegurando al mismo tiempo la participación de las comunidades en la respuesta. Se han adquirido más de 6 millones de EPP para los voluntarios de primera línea, entre los que se incluyen máscaras, gafas, protectores faciales, guantes y batas quirúrgicas. Los voluntarios de la Cruz Roja y la Media Luna Roja están instalando puntos de distribución de agua y proporcionando kits de higiene, alimentos y refugio para proteger a las personas vulnerables.

• El Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) está diseminando información sobre la prevención del coronavirus y proporcionando kits de higiene, agua limpia y baños adecuados en Irán, Afganistán, Yemen, y en toda América Latina y África. En el campamento de refugiados de Dadaab, en Kenya, el NRC está instalando puntos de lavado de manos y asegurando el agua corriente.

• El Consejo Danés para los Refugiados (DRC) está respondiendo con intervenciones basadas en el dinero en efectivo en Colombia, actividades de sensibilización en Turquía e intervenciones en materia de agua, saneamiento e higiene en Etiopía, Nigeria y Yemen.

• Oxfam International está ampliando su respuesta global a la COVID-19 en más de 45 países, trabajando con sus socios para suministrar agua potable, jabón y otros suministros de higiene y difundiendo mensajes de prevención a través de la divulgación comunitaria, la formación, la radio, los medios de comunicación social y más. Oxfam se está ocupando de las necesidades urgentes actuales de las personas que se enfrentan a la inseguridad alimentaria y al desplazamiento mediante la distribución de dinero en efectivo, bonos de compra y alimentos.

• El Comité Internacional de Rescate (IRC) ha puesto en marcha programas de preparación y respuesta a la COVID-19 en más de 40 países, entre ellos Siria, Kenia y Yemen. Los programas incluyen una campaña de concienciación sobre la salud pública y de apoyo psicosocial, la formación de trabajadores de la salud en los campamentos de refugiados y la prestación de servicios de atención de la salud reproductiva y materna y de medicamentos a los migrantes y las comunidades vulnerables

• El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) está dando prioridad a las necesidades de las mujeres y las niñas, ya que la pandemia está interrumpiendo el acceso a los servicios de salud que salvan vidas y aumentando el riesgo de violencia de género. UNFPA está entregando suministros de protección a los trabajadores de la salud, prestando servicios y estableciendo líneas telefónicas de emergencia para los supervivientes de la violencia de género, apoyando a las parteras y otros trabajadores de la salud para que presten servicios de salud sexual y reproductiva a las mujeres, e impartiendo formación en materia de apoyo psicosocial.

• La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) presta apoyo a las autoridades para establecer centros de aislamiento y llevar a cabo la gestión de los casos de COVID-19 para las poblaciones desplazadas y migrantes. Sus equipos han instalado miles de estaciones de lavado de manos y siguen prestando ayuda para salvar vidas de acuerdo con el distanciamiento físico a las personas desplazadas en los campamentos, los migrantes varados o los repatriados, entre otros. OIM está realizando campañas de información sobre la prevención de la transmisión y operando líneas telefónicas de emergencia para migrantes y personas desplazadas. También se está impartiendo capacitación, PPE, desinfectantes y termómetros a los trabajadores de la salud y los funcionarios de fronteras en los puntos de entrada y otros lugares.

• La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha puesto en marcha campañas de información en todas sus operaciones para que los refugiados tengan acceso a información objetiva sobre las medidas de prevención, y ha distribuido material para albergue y asistencia en efectivo en algunos lugares. En Bangladesh, se ha iniciado la formación de más de 2.000 funcionarios de salud en los campamentos que acogen a unos 850.000 refugiados, y en Jordania se están realizando exámenes de temperatura a la entrada de los campamentos de refugiados de Zaatari y Azraq. En el campamento de refugiados de Gambella, en Etiopía, se han instalado miles de estaciones de lavado de manos. En Sudán, más de 320.000 refugiados, desplazados internos y comunidades de acogida han recibido jabón y otros artículos de higiene.

• El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha enviado más de 4 millones de guantes, 500.000 mascarillas quirúrgicas, 100.000 respiradores N95, 156.000 batas y 13.000 gafas protectoras para apoyar a los países vulnerables. El organismo también ha enviado concentradores de oxígeno, equipo básico de cirugía, estetoscopios, medicamentos y nutrición a la República Democrática del Congo. En Irán y Venezuela, UNICEF ha suministrado EPP a hospitales y trabajadores de la salud, y en Cox’s Bazar en Bangladesh está funcionando, con el apoyo del organismo, una unidad de aislamiento y tratamiento COVID-19 de 50 camas.

• WFP se ha comprometido a mantener su asistencia alimentaria a casi 100 millones de personas en todo el mundo, adaptando al mismo tiempo sus operaciones para proteger a los que corren más riesgo. En Sudán del Sur, la agencia está distribuyendo raciones dobles de alimentos a 1,2 millones de personas necesitadas, y alimentos y cupones a los migrantes en Colombia, además de ayudar al Gobierno de Bhután a preposicionar alimentos para la mitad de la población del país. En Camboya, WFP entregó raciones para llevar a casa a 100.000 escolares antes del cierre de las escuelas a finales de marzo. En Siria se están abriendo más puntos de distribución de alimentos, con entregas más frecuentes para reducir la congestión y permitir el distanciamiento físico.

• Si bien la pandemia ha reducido el suministro de pulverizadores y plaguicidas, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) sigue esforzándose por contener el aumento de la langosta del desierto en el África oriental, donde casi 20 millones de personas padecen ya una aguda inseguridad alimentaria. Hasta ahora se han tratado casi 270.000 hectáreas en la región y más de 400.000 personas están comenzando a recibir apoyo a los medios de subsistencia para mantener la producción de alimentos. FAO también está aumentando su apoyo a Sudán y Yemen, y dado que es probable que el número de langostas aumente 20 veces durante la próxima estación de lluvias y el riesgo de infestaciones en el Cercano Oriente y más allá, las operaciones de control siguen siendo fundamentales para evitar posibles crisis alimentarias.

Fuente/Foto: UN (ONU)

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