No se debe a problemas intelectuales, de la audición o de la vista. La mayoría de los niños con dislexia pueden tener un buen resultado en la escuela con un programa de tutorías o de educación especializada. El apoyo emocional también juega un papel importante
El 8 de octubre se celebra el Día Mundial de la Dislexia
(4/Oct/2023 – web) Escrito por el personal de Mayo Clinic – Estados Unidos.- La dislexia es un trastorno del aprendizaje que consiste en la dificultad en la lectura debido a inconvenientes para identificar los sonidos del habla y aprender a relacionarlos con las letras y las palabras (decodificación). La dislexia, también llamada «discapacidad para la lectura», es una consecuencia de diferencias individuales en las áreas del cerebro que procesan el lenguaje.
No se debe a problemas intelectuales, de la audición o de la vista. La mayoría de los niños con dislexia pueden tener un buen resultado en la escuela con un programa de tutorías o de educación especializada. El apoyo emocional también juega un papel importante.
Si bien la dislexia no tiene cura, la evaluación y la intervención tempranas dan excelentes resultados. Hay casos en los que, por años, la dislexia no se diagnostica y no se identifica hasta la adultez, pero nunca es tarde para buscar ayuda.
Los signos de la dislexia pueden ser difíciles de reconocer antes de que tu hijo empiece la escuela, pero algunas señales tempranas pueden indicar la existencia de un problema. Una vez que el niño alcanza la edad escolar, es posible que el maestro de tu hijo sea el primero en notar el problema. El nivel de gravedad varía, pero el trastorno suele manifestarse claramente cuando el niño comienza a aprender a leer.
Antes de la escuela
Los signos que indican que un niño pequeño podría presentar dislexia incluyen los siguientes:
• Tarda en comenzar a hablar.
• Aprende palabras nuevas a un ritmo lento.
• Tiene problemas para formar palabras correctamente, por ejemplo, invierte los sonidos de las palabras o confunde palabras que suenan parecido.
• Tiene problemas para recordar o nombrar letras, números y colores.
• Tiene dificultades para aprender canciones infantiles o jugar juegos de rimas.
Edad escolar
Una vez que tu hijo esté en la escuela, es posible que los síntomas de la dislexia se hagan más visibles, entre ellos:
• Un nivel de lectura muy por debajo del que se espera para su edad
• Problemas para procesar y comprender lo que escucha
• Dificultad para encontrar la palabra correcta o elaborar una respuesta a una pregunta
• Problemas para recordar secuencias de cosas
• Dificultad para ver (y, ocasionalmente, escuchar) similitudes y diferencias entre letras y palabras
• Incapacidad para pronunciar una palabra desconocida
• Dificultad para deletrear
• Necesitar mucho tiempo para completar tareas que implican leer o escribir
• Evitar actividades que requieran leer
Adolescentes y adultos
Los signos de la dislexia en adolescentes y adultos son similares a los de los niños. Algunos síntomas comunes de la dislexia en adolescentes y adultos incluyen los siguientes:
• Dificultad para leer, incluso para leer en voz alta
• Lectura y escritura lentas y trabajosas
• Problemas de ortografía
• Evitar actividades que requieran leer
• Mala pronunciación de nombres o palabras, o dificultad para encontrar las palabras
• Necesitar mucho tiempo para completar tareas que implican leer o escribir
• Dificultad para resumir una historia
• Problemas para aprender un idioma extranjero
• Dificultad para entender problemas matemáticos
Causas, Factores de riesgo y Complicaciones
La dislexia es el resultado de diferencias individuales en las partes del cerebro que permiten la lectura. Suele ser hereditaria y parece estar relacionada con ciertos genes que afectan la forma en que el cerebro procesa la lectura y el lenguaje. Tener antecedentes familiares de dislexia u otras discapacidades de lectura o de aprendizaje aumenta el riesgo de tener dislexia.
La dislexia puede provocar diferentes problemas, entre ellos:
– Problemas de aprendizaje. Debido a que la lectura es una habilidad básica, un niño con dislexia se encuentra en desventaja en la mayoría de las clases y es posible que le sea difícil seguirles el ritmo a sus compañeros.
– Problemas sociales. Si no se trata, la dislexia puede causar baja autoestima, problemas de conducta, ansiedad, agresión y retraimiento hacia amigos, padres y maestros.
– Problemas en la adultez. Los niños pueden verse impedidos de alcanzar su potencial cuando crezcan si no pueden leer ni comprender. Esto puede tener una repercusión educativa, social y económica negativa a largo plazo.
Los niños que tienen dislexia están expuestos a un mayor riesgo de sufrir un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y viceversa. El cual puede causar dificultad para mantener la atención, además de hiperactividad y conducta compulsiva, lo que puede hacer que sea más difícil tratar la dislexia.
Cuándo debes consultar a un médico
Si bien la mayoría de los niños están preparados para aprender a leer antes del preescolar o primer grado, los niños con dislexia suelen tener dificultades para aprender a leer en esta etapa. Habla con el médico si el nivel de lectura de tu hijo está por debajo de lo que se espera para su edad o si observas otros signos de dislexia.
Cuando la dislexia no se diagnostica ni se trata, las dificultades para leer que se presentan en la infancia continúan en la edad adulta.
Diagnóstico y tratamiento
No hay una prueba única para diagnosticar la dislexia. Se consideran varios factores, entre los que se incluyen los siguientes:
– El desarrollo, los temas educativos y los antecedentes médicos de tu hijo. Es probable que el médico te haga algunas preguntas sobre esas áreas. Además, querrá saber sobre cualquier afección que haya en la familia, incluyendo la dislexia y cualquier problema de aprendizaje.
– Cuestionarios. El médico puede hacer que tu hijo, sus cuidadores o sus maestros completen cuestionarios. Es posible que se le solicite a tu hijo que haga pruebas para identificar las habilidades de lectura y lenguaje.
– Pruebas de visión, de audición y del cerebro (neurológicas). Estas pueden determinar si otro trastorno puede ser la causa o uno de los motivos de las dificultades para la lectura de tu hijo.
– Evaluación psicológica. El médico puede hacerte preguntas a ti o a tu hijo para comprender mejor su salud mental. Esto puede ayudar a determinar si los problemas sociales, la ansiedad o la depresión limitan las habilidades de tu hijo.
– Pruebas de lectura y otras habilidades académicas. Tu hijo puede hacer una serie de pruebas didácticas para que un experto en lectura analice el proceso y la calidad de las habilidades de lectura.
No hay una manera conocida de corregir la anomalía cerebral subyacente que causa la dislexia. Sin embargo, la detección y la evaluación tempranas para determinar las necesidades específicas y el tratamiento adecuado pueden mejorar los buenos resultados. En muchos casos, el tratamiento puede ayudar a los niños a ser lectores capaces.
Técnicas educativas
La dislexia se trata con enfoques y técnicas educativos específicos, y se recomienda comenzar la intervención lo antes posible. Las evaluaciones de las habilidades de lectura, de otras habilidades académicas y de la salud mental de tu hijo ayudarán a sus maestros a elaborar un programa didáctico individual.
Los maestros pueden usar técnicas que involucran la audición, la visión y el tacto para mejorar las habilidades de lectura. Ayudar a un niño a usar varios sentidos para aprender (por ejemplo, escuchar una lección grabada y trazar con un dedo la forma de las letras usadas y las palabras pronunciadas) puede ayudarle a procesar la información.
El tratamiento se centra en ayudar a tu hijo a lograr lo siguiente:
– Aprender a reconocer los sonidos más cortos que componen las palabras (fonemas)
– Entender que las letras y las cadenas de letras representan estos sonidos y palabras (fonética)
– Entender lo que lee (comprensión)
– Leer en voz alta para desarrollar precisión, velocidad y expresión de lectura (fluidez)
– Acumular un vocabulario compuesto de palabras reconocidas y comprendidas
Si están disponibles, las sesiones de tutoría con un especialista en lectura pueden ser útiles para muchos niños con dislexia. Si tu hijo tiene una discapacidad grave de lectura, es posible que necesite tutorías con mayor frecuencia, y el progreso puede ser más lento.
Tratamiento temprano
Los niños con dislexia que reciben ayuda en el jardín de infantes o en el primer grado a menudo mejoran sus habilidades de lectura lo suficiente como para tener éxito en las escuelas primaria y secundaria.
Los niños que no reciben ayuda hasta los grados superiores pueden tener más dificultades para aprender las habilidades necesarias para leer bien. Es probable que queden rezagados en el rendimiento académico y que nunca logren ponerse al día. Es posible que un niño con dislexia grave no sea capaz de leer con facilidad. Sin embargo, puede aprender habilidades que mejoran la lectura y desarrollar estrategias para mejorar el desempeño escolar y la calidad de vida.
Qué pueden hacer los padres
Tienes un papel fundamental para ayudar a tu hijo a alcanzar el éxito. Para ello, adopta las siguientes medidas:
– Aborda el problema temprano. Si sospechas que tu hijo tiene dislexia, habla con el médico de tu hijo. La intervención temprana puede mejorar el éxito.
– Lee en voz alta con tu hijo. Es mejor si comienzas cuando tu hijo sea aún pequeño, aunque nunca es demasiado tarde para empezar. Lograr que los bebés vean los libros como un juguete fomenta la diversión, el aprendizaje y la interacción social con las personas encargadas de su cuidado. Léele cuentos a tu hijo. Además, intenta escuchar libros grabados con tu hijo. Cuando tu hijo tenga la edad suficiente, haz que escuche los cuentos y, después, léanlos juntos.
– Trabaja con la escuela de tu hijo. Habla con los maestros sobre la manera en que la escuela le ayudará a tener éxito. Tú eres el mejor defensor de tu hijo.
– Fomenta la lectura. Reserva parte de tu tiempo para leer con tu hijo. Para mejorar sus habilidades de lectura, un niño debe leer. Anima a tu hijo a que lea para seguir desarrollando sus destrezas. Haz que tu hijo te lea en voz alta.
– Establece un ejemplo para la lectura. Designa una hora cada día para leer algo mientras tu hijo también lee; esto establece un ejemplo y apoya a tu hijo. Enséñale a tu hijo que leer también puede ser divertido.
Lo que pueden hacer los adultos con dislexia
El éxito laboral puede ser difícil para los adultos que tienen dislexia. Estas son algunas medidas que pueden ayudarte a lograr tus objetivos:
– Independientemente de tu edad, trata de que te evalúen y te proporcionen ayuda para leer y escribir.
– Pregunta sobre oportunidades de capacitación adicional y adaptaciones razonables por parte de tu empleador o de una institución académica.
Los problemas académicos no significan necesariamente que una persona con dislexia no pueda tener éxito. Con los recursos adecuados, los estudiantes disléxicos capaces pueden progresar enormemente. Muchas personas con dislexia son creativas y brillantes, y pueden ser talentosas en matemáticas, ciencia o arte. Incluso algunas tienen carreras exitosas en escritura.
Estrategias de afrontamiento y apoyo
El apoyo emocional y las oportunidades de conseguir logros en actividades que no impliquen la lectura son importantes para los niños con dislexia. Si tu hijo tiene dislexia, haz lo siguiente:
– Bríndale apoyo. Los problemas para aprender a leer pueden afectar la autoestima de tu hijo. Asegúrate de expresar amor y darle apoyo. Anima a tu hijo al elogiar sus talentos y puntos fuertes. Habla con el personal de la escuela para que este pueda brindar los servicios y el apoyo que tu hijo necesita para tener éxito.
– Habla con tu hijo. Explícale a tu hijo qué es la dislexia y que no se trata de un fracaso personal. Comprender esto puede ayudar a que tu hijo afronte mejor el hecho de tener problemas de aprendizaje.
– Toma medidas que ayuden a que tu hijo aprenda en casa. Bríndale a tu hijo un espacio limpio, tranquilo y organizado donde pueda estudiar y establece un tiempo para ello. Además, asegúrate de que tu hijo descansa lo suficiente y se alimenta de forma regular y saludable.
– Limita el tiempo frente a las pantallas. Limita el tiempo diario frente a pantallas electrónicas y usa el tiempo adicional para practicar lectura.
– Mantente en contacto con los docentes de tu hijo. Habla con los docentes con frecuencia para asegurarte de que tu hijo pueda mantener el ritmo. Si es necesario, asegúrate de que tu hijo tenga tiempo adicional para las pruebas que requieran lectura. Pregúntale al docente si grabar las lecciones del día para escucharlas luego puede ser de ayuda para tu hijo.
– Únete a un grupo de apoyo. Esto puede ayudarte a mantenerte en contacto con padres de niños que tengan problemas similares de aprendizaje. Los grupos de apoyo pueden brindar información útil y apoyo emocional. Pregúntale al médico o al especialista en lectura de tu hijo si hay algún grupo de apoyo en tu zona.
Fuente Mayo Clinic / Foto de Ryan Wallace en Unsplash
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