El mercado de microrredes sigue en crecimiento debido a la necesidad de fuentes autosuficientes de energía y la descentralización de la red principal, beneficiando a prosumidores, industrias y comunidades rurales en Centroamérica.
Microrredes: la clave para la continuidad y eficiencia del sistema eléctrico en Centroamérica
(4/Sep/2024 – Panama24Horas web) Centroamérica.- Las crecientes inversiones en energías renovables para reducir la huella de carbono están impulsando el mercado de microrredes a nivel global. Esta tendencia responde a la demanda de energía limpia y la necesidad de fuentes autosuficientes durante crisis o desconexiones de la red principal. Se estima que este mercado alcanzará los 15,92 mil millones de dólares este año, con una proyección de crecimiento sólido que podría llegar a los 38,12 mil millones de dólares en 2029, según un reporte de Mordor Intelligence.
En este escenario, los prosumidores, actores que consumen y producen energía eléctrica, juegan un papel cada vez más importante. Las microrredes permiten la descentralización de la red principal, otorgando a los prosumidores la capacidad de gestionar cuándo consumir energía de la red y cuándo de su propia generación, optimizando así el uso energético y logrando ahorros significativos. Esto resulta especialmente beneficioso en países con tarifas horarias.
Las microrredes son clave para mantener la producción en industrias y sectores críticos, sobre todo durante cortes energéticos de la red principal que pueden generar interrupciones y pérdidas económicas. Estas redes ofrecen fiabilidad y resiliencia al permitir el almacenamiento de energía en sistemas de baterías, listas para su uso posterior.
Además de su impacto en la industria, las microrredes son esenciales en regiones rurales con acceso limitado a la energía o en áreas con infraestructura débil donde los cortes son frecuentes. Tomás Vázquez, director de Ventas a Canales para Schneider Electric, destaca: “En el sector de industria y manufactura, su producción depende completamente del suministro eléctrico, por lo que requiere continuidad y confiabilidad del sistema. En el segmento de Alimentos y Bebidas, por ejemplo, una interrupción de la red principal puede repercutir en las cámaras de refrigeración, afectando la calidad del producto final y generando pérdidas económicas para la empresa”.
Vázquez también enfatiza la importancia de las microrredes en zonas rurales o islas donde el acceso a la energía es complicado, señalando que estas redes garantizan a las comunidades el acceso a servicios básicos.
Las microrredes no solo ofrecen continuidad del suministro eléctrico sino que también permiten a los consumidores convertirse en prosumidores, adaptando el sistema a sus necesidades energéticas, ubicación y estabilidad de la red. Según Vázquez, “Existen tres tipos de microrredes: conectadas a la red principal, aptas para islas y sin conexión a la red principal. Esta última es ideal para zonas de difícil acceso donde extender la red es costoso. Las conectadas a la red principal son recomendables para optimizar la factura eléctrica y la huella de sustentabilidad”.
Schneider Electric, líder en la transformación digital de la gestión de la energía y la automatización, ha adoptado la solución de microrredes como una medida innovadora para contribuir al medio ambiente. A través del EcoStruxure Microgrid Advisor (EMA), la empresa facilita el monitoreo y optimización de los recursos energéticos distribuidos y las cargas de energía en el sitio. Por su parte, el EcoStruxure Microgrid Operator (EMO) permite el control y la automatización inteligente de las microrredes, gestionando de manera eficiente tanto fuentes de energía renovables como convencionales, reduciendo costos y minimizando emisiones de carbono.
“También tenemos un sistema de almacenamiento o BESS, que son baterías de alto rendimiento que permiten mejorar la estabilidad o resiliencia de la red”, añade Vázquez.
Con el mercado eléctrico en constante evolución, la implementación de microrredes se presenta como la solución óptima para garantizar la continuidad y eficiencia del sistema, especialmente en regiones con alta demanda de energía y variaciones climáticas. Las microrredes no solo benefician a las industrias, sino que también juegan un papel crucial en la mejora de la calidad de vida en áreas de difícil acceso, fortaleciendo la autosuficiencia energética de la región.
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