En más de 25 años como Administradora y Directora de empresas, nunca me di cuenta de la necesidad de estos profesionales… o quizás, nunca supe la falta que me hacían y lo que hubiera ganado si con su trabajo y conocimientos hubiéramos evitado mis socios y yo tanta pérdida de tiempo y energía, con el consiguiente desgaste emocional.
Esta es la pregunta que, en muchas ocasiones cuando digo mi profesión actual, me hacen personas de todo tipo, a lo que yo pienso ¿Y Por qué deberían saberlo?
Ahora que soy Coach y formadora de alto impacto, que vivo formándome continuamente para aportar lo mejor a cada uno de mis clientes, me doy cuenta que como personas y como empresarios (la empresa también es un ser vivo) a veces necesitamos ayuda pero no sabemos cuál.
Recuerdo ahora que cuando fusionamos por segunda vez las empresas, a nivel económico, los números eran muy alentadores, que digo alentadores, eran ¡Excelentes! Sin embargo, a nivel emocional la cosa era un desastre. Había sentimientos de duelo, de decepción, de rabia, conflictos a todo nivel y mucho sufri-miento (sufríamos porque nos mentíamos, queríamos que todo fuera igual a cuando las empresas eran solo nuestras) y ahora habíamos subido de nivel y debíamos adaptarnos al cambio, compartiendo patrimonio, riesgos, decisiones y responsabilidades con un grupo de personas muy diferentes.
Pasar de ser el dueño de tu empresa, a ser un directivo de un grupo con más de 200 trabajadores; tener que consultar las decisiones, tratar con personas de diferentes niveles de educación, de diferentes edades, en una empresa familiar de distintas familias (es decir, como decimos en PNL ”diferentes mapas”) no fue tarea fácil.
Acudimos a calificados asesores para que nos ayudaran a organizar la empresa, pero no era un problema de la empresa, era definitivamente de las personas que estábamos atravesando ese proceso y no sabíamos cómo detectar las emociones, cómo afrontar nuestros sentimientos, cómo superar nuestros límites y mucho menos establecer dónde estábamos y elaborar un plan de acción coherente con nuestros valores y los de la nueva corporación, para llegar a conseguir nuestro gran sueño.
Unos años después de ese fascinante periodo de mi vida, mi experiencia corrobora que los Coach son los profesionales que pueden ayudarnos cuando pasamos por procesos de cambio, y ¿Quién no está expuesto a los cambios, si son lo único permanente que existe?
Cada vez más personas: empleados, empresarios, autónomos grandes o pequeños o simplemente profesionales acuden a un Coach, para entrenarse y preparar su mente, con el fin de lograr sus objetivos, todos tenemos lo necesario para lograr nuestras metas, como dice mi maestro Anthony Robbins “El poder está en ti”.
Feliz regreso de vacaciones, a disfrutar del último trimestre de año.
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